
El tipo tuvo un sueño, se le ocurrió fundar una "organización" que debería llamarse:
"Aires libres de la Tierra", sin entender bien su idea fue hasta donde había una cabina de un teléfono público ubicada en el medio del bosque y se dispuso a llamar para registrar su invento. Cuando marcaba los números de la asociación de derechos de autor para registrar patentes originales, del cielo le cayó un rayo que lo atravesó desde la cabeza a los pies.
Al salir anonadado, que digo anonadado, estupefacto, de la cabina, con los pelos parados de punta y los ojos como bombillos encendidos, se dirigió a los que allí estaban presentes y comenzó a preguntar si habían presenciado lo que le acababa de ocurrir.
A lo primero que se acercó fue a una babosa que arrastraba su caracol por el tronco de un árbol, luego siguió a una mariposa que revoloteaba entre las flores y así cuanto ser viviente se moviera por la área fue cuestionado por nuestro personaje a quien lo había partido un rayo en dos, como se dice vulgarmente.
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Cuando paró de hacer su encuesta se sentó sobre una piedra y todavía le salía humo de la cabeza, trataba de concentrarse para recordar la imagen de todo lo que había sucedido y solo le quedaba intacta la necesidad de pintar sobre el suelo una imagen de un hombre del que salía una flecha hacia arriba y otra en su contra, algo más o menos así como aparece en el dibujo.
